Transición demográfica en Japón: afectaciones para la economía local y global en el siglo XXI
Resumen
Posterior a la Segunda Guerra Mundial, Japón vivió un prolífico periodo de crecimiento económico y poblacional. La generación Baby Boomers (1946-1964) en Japón fue tan numerosa que causó fuertes modificaciones en las dinámicas civiles, económicas, educativas, laborales, entre otras. Los periodos de prosperidad económica se intensificaron con la llegada de esta generación al mercado laboral, crearon millones de empleos nuevos con los cuales la economía se movilizaba. En la década de 1970 surgió la primera crisis que detuvo el crecimiento japonés. En esta crisis se revaluó el Yen y los salarios de la mano de la obra nacional aumentó, fue por esto que los conglomerados optaron por mover las filiales de producción a países del sudeste asiático. Esa medida hizo que la economía volviera a despegar hacia el desarrollo. Fue hasta inicios de la década de 1990 cuando estalló una burbuja especulativa que volvió a ocasionar estragos en la economía nipona, pero fue en este momento en el que se aunó el crecimiento poblacional, pues a finales de la década, la población de adultos mayores de 65 años superó a la de menores de cero a catorce años; desde ese momento la pirámide poblacional japonesa adquirió una forma en la cual la población joven disminuye a razón de que la adulta mayor aumenta. Los problemas surgidos al final del siglo XX se ven materializados en la actualidad, en forma de bajas tasas de natalidad y fecundidad, altas tasas de esperanza de vida y aumento de la calidad de vida en la sociedad nipona. Retos económicos como la pérdida de competitividad a nivel local (Asia) global y un colapso a causa de los enormes pagos de pensiones a jubilados son a los que la sociedad japonesa se tendrá que enfrentar en el siglo XXI.